El queso semicurado es una delicia láctea que se encuentra entre los quesos frescos y los curados. Se elabora a partir de leche de vaca, oveja o cabra, y su proceso de maduración oscila entre los 2 y 3 meses. Esta duración le confiere una textura firme pero todavía cremosa, ideal para degustar en cualquier ocasión.
La elaboración del queso semicurado comienza con la pasteurización de la leche, seguida por la adición de cuajo para coagularla. Una vez formado el cuajo, se corta en pequeños trozos para liberar el suero. Luego, se calienta la masa y se prensa para eliminar el exceso de suero. Tras este proceso, se sala el queso y se deja madurar en condiciones controladas.
El sabor del queso semicurado es suave pero con carácter. La breve maduración permite que mantenga una cierta frescura, combinada con notas más intensas y ligeramente picantes que se desarrollan durante el proceso de curado. Su aroma es agradable y equilibrado, invitando a disfrutarlo tanto solo como acompañado.
Este tipo de queso es muy versátil en la cocina. Puede consumirse en rebanadas finas en bocadillos o tapas, derretirse en platos calientes o simplemente acompañar a una copa de vino. Su contenido en humedad es menor que en los quesos frescos, lo que facilita su corte y manipulación sin perder la cremosidad característica.
El queso semicurado es una opción perfecta para quienes buscan un equilibrio entre la frescura y la intensidad del sabor. Con su textura firme y su sabor distintivo, este queso se convierte en un imprescindible en cualquier tabla de quesos, aportando versatilidad y un toque gourmet a cualquier comida