Hay explotaciones en las que las vacas escuchan a Mozart, tienen camas balinesas estilo Ibiza para repantingarse, les masajean el lomo y cada una toca a más metros cuadrados por cabeza que los habitantes de Islandia. Sin embargo, hay otros recintos que saltan a los telediarios de medio mundo por las penosas, aberrantes y miserables condiciones en las que sus innombrables propietarios ¿guardan? y hacinan a los animales.
Siempre abogamos por que el animal viva feliz y relajado –con Tchaikovsky o con música disco, con spa o en charca– y vamos a enumerar los requisitos que se han de tener para estar del lado de la legalidad y del bienestar de la res. Ahora que Carrefour pretende monitorizar a sus proveedores con cámaras –el gran hermano vacuno lo dan en llamar– repasemos lo que dicen las autoridades supranacionales en la materia y cuyos dictados han de cumplirse a rajatabla so pena de que caiga sobre uno todo el peso de la ley y sus multazos. ¿Se puede medir el bienestar animal? ¿hay parámetros para concluir cuando un bóvido lleva una existencia plena y despreocupada? La respuesta es un rotundo sí. Y de esas condiciones de vida dependerá luego el sabor que llegue al plato.
Desde Iruki damos fe que nuestros proveedores procuran las mayores comodidades y los menores contratiempos posibles para sus reses. Podemos afirmar con rotundidad que la apuesta por la calidad es una apuesta firme por el bienestar animal. Solo podemos conseguir las mejores carnes de animales sanos, sin estrés, ese es el secreto. Es sencillo y fácil de entender, un animal explotado, maltratado o con falta de alimentación, es un animal triste, deprimido y escuálido. Imposible de pasar nuestros exigentes estándares de calidad.
LAS CINCO LIBERTADES
Grosso modo y como toma de contacto con el corpus legal –Ley 32/2007, de 8 de diciembre de 2007, para el cuidado de los animales, en su explotación, transporte, experimentación y sacrificio– han de darse las célebres cinco libertades o necesidades básicas del animal. Atañen a que tenga adecuada cantidad y calidad de agua, sustento y aire limpio para su buena salud, “vida social” o contacto con sus congéneres, suficiente espacio para pararse, echarse, asearse y llevar a cabo patrones normales de conducta como movimiento y ejercicio; asimismo hay que salvaguardar a la res de enfermedades y lesiones (y poner los medios con rapidez si ocurre contingencia) además de protección contra contrastes térmicos por si la meteorología se vuelve (aún) más loca de lo que está. Y obviamente, libres de todo estrés y angustia, y con un sacrificio que no apareje sufrimiento ni agonía.
SERES SENSIBLES
Sin dar la tabarra con farragosa legislación, hagamos un poco de memoria. Hace más de 40 años, en 1976, la UE firmaba la Convención Europea para la Protección de Animales en explotaciones ganaderas, pero fue en 1998 cuando entró en vigor la Directiva relativa a la protección de los animales en explotaciones ganaderas. El Tratado de Lisboa (2009), ya reconocía a los animales como «seres sensibles». En 2012 se trazó la Estrategia para la Protección y Bienestar de los Animales de Granja que garantiza que los bóvidos, entre otros animales, deben vivir y ser transportados en condiciones que no impliquen maltrato ni les causen dolor o sufrimiento”.
Actualmente existen cinco Convenios (y sus directivas) emanados del Consejo de Europa referidos al bienestar animal. Dichos convenios son importantes no sólo por su carácter vinculante sino también porque con frecuencia la Unión Europea los toma como documento base de trabajo para elaborar normativa. En España, las primeras normas relativas a la protección animal datan –ya ha llovido sobre las campas– de 1883, cuando una Real Orden establecía que los maestros, entre sus tareas docentes, debían inculcar entre sus alumnos sentimientos de benevolencia hacia los animales. Por no hablar de San Francisco de Asís hace ocho siglos…
Para los interesados, en este enlace https://bit.ly/2BYyWuN se puede consultar y descargar gratuitamente el Código de Protección y Bienestar Animal que atañe a España. En dicho corpus se encuentra el texto completo consolidado de la normativa vigente publicada en el Boletín Oficial de Estado, así como los enlaces para los textos de la normativa de la Unión Europea. Animales sanos y felices, significa chuletas formidables y excelsas y, por consiguiente, clientes contentísimos. Desde Iruki lo tenemos tan cristalino como el agua que abrevan las vacas que despachamos. Así de sencillo.